La forma ligeramente alargada del Pastor Alemán, corresponde perfectamente a su naturaleza de trotador muy resistente. Tiene una estructura enjuta, robusta y muy musculosa; con una expresión que debe denotar gran inteligencia, vivacidad y temperamento. Estas son las características más destacadas de este perro. Más en detalle, su cabeza no debe aparentar nunca desproporción o un excesivo peso; debe tener el hocico muy potente, provisto de robusta mandíbula (necesaria para sujetar decidida y tenazmente), donde la dentadura, en forma de tijera, cierra perfectamente. Las orejas, triangulares y erectas, son de inserción alta y cuando el perro está atento, las mueve hacia adelante. Ojos ligeramente almendrados y de color oscuro. La unión del cuello con el cuerpo es de longitud mediana, enjuta, es decir, carente de papada. Cuando el perro se desplaza, pone la cabeza y el cuello casi horizontalmente. El tronco es alargado, con tórax bien desarrollado, adecuado para garantizar una buena oxigenación durante los esfuerzos prolongados, con una línea superior bien recta que concuerda con una grupa larga y ligeramente caída. Cola con denso pelo y de buena longitud, tanto como para llegar hasta el corvejón o superarlo. Los ángulos de las partes anterior y posterior, deben ser bien marcados con hombros oblicuos y muslos anchos y musculosos. Esta constitución, con ángulos bastante cerrados le permite al perro, en sus desplazamientos, cubrir mucho espacio, es decir, tener un gran impulso de la parte posterior y un gran avance de la anterior. Con un trote muy alargado y rasante debe tenerse la impresión de que el perro se desplaza sin esforzarse ni fatigarse. Por último, durante los desplazamientos, la línea superior no debe parecer nunca débil o peor aún, caída sino formar una unidad entre la cabeza, llevada hacia adelante y la cola, mantenida muy alta, en posición casi horizontal.